Según el estudio EDEM (Epidemiología de la Disfunción Eréctil Masculina 1998-99) realizado con 2.480 varones entre 25 y 70 años de edad, se conoce que en España existe algún grado de DE en el 18% de la población, lo que supone una prevalencia estimada de 1,5 -2.000.000 de españoles afectos. Es del 50% a partir de los 70 años.

Hoy se considera establecida la certeza de que la DE no es una enfermedad de órgano, sino un síntoma precoz de disfunción endotelial, ligada por tanto a factores de riesgo vascular como la hipertensión arterial, la hipercolesterolemia, la diabetes, el sobrepeso, la obesidad, el aumento del colesterol, el tabaquismo, el alcohol y/o la vida sedentaria.

El paciente que padece DE es un paciente potencial de enfermedad vascular (coronaria).

Considerada la DE, como enfermedad sistémica y multifactorial, dos patologías al menos coincidentes deben ser indagadas, la disfunción endotelial, y la deficiencia androgénica propia del varón que envejece.

En este escenario, de mayor riesgo que el tradicionalmente atribuido a la DE, el urólogo adquiere un mayor compromiso en salud sanitaria y actua con mayor rigor en sus investigaciones etiopatogénicas, incluyendo las interconsultas a otras especialidades (Cardiologia, Endocrinologia, … ) en funcion de la amplitud y gravedad de los procesos que detecte, … mayor cautela en sus recomendaciones terapéuticas, y con mayor amplitud informativa y perspectiva de salud general que ante una simple enfermedad de órgano.